lunes, 21 de octubre de 2024

NOCHE EN EL HERMITAÑO

 Qué bueno es conocer nuevas personas en el ámbito cultural, claro está. La mayor parte del tiempo soy una persona bastante retraída, al punto de que me cuesta salir de mi círculo cercano de amigos. No suelo ir a bares, clubes nocturnos ni a bailar, ya sean actividades nocturnas o diurnas. Si no fuera por dos de mis tres compañeras de vida, probablemente no saldría en absoluto. Pero las salidas a olfatear árboles y ladrarles a otros caninos son una rutina.

He encontrado en esa actividad un relax y un disfrute que, año tras año, me ha gustado más y más. Incluso el año pasado, cuando pasó por un período prolongado de malestar y tristeza, esos momentos con mis compañeras eran mi única fuente de felicidad y desconexión. La tercera de mis compañeras, más casera, no nos acompaña, pero no desaprovecha la oportunidad de dormir interminables siestas sobre la mesa del estudio mientras yo trabajo. Así paso mis días, trabajando en mis proyectos desde casa, junto a mis invaluables amigos que siempre me acompañan o ayudan de alguna forma.

No quiero dar la impresión de que no disfruto de bailar o incluso de emborracharme intencionalmente en ciertas ocasiones. Sin embargo, por una cosa u otra, esas situaciones se dan de manera muy esporádica, y no me molesta en absoluto. Estoy atravesando una etapa de alta producción creativa, y me siento muy bien conmigo mismo por ello. Aunque, año tras año, me cuesta un poco más salir a "socializar", debido a lo que ya mencionó.

Pero hay una excepción a toda regla: los eventos culturales. Ya sean tocadas de bandas, encuentros de dibujo, teatro o cualquier cosa relacionada con el arte, siempre me entusiasma asistir, incluso hasta el punto de viajar solo a lugares donde no conozco a nadie más que al organizador o simplemente asistir como espectador. Así fue como el año pasado decidí acercarme a la ciudad de Tapalqué para contactar con la movida cultural de la zona.

Y si algo me han enseñado tantos años de participar en movidas en diversos lugares, es que las personas entusiastas del arte son iguales en todas partes. No importa de dónde sean, todos comparten esa pasión, y yo me siento igual que ellos. Veo a los chicos jóvenes y me reflejo en ellos, me veo a mí mismo cuando recién empezaba en este mundo del arte independiente.

Fue así como, hace un año, conocí a un grupo de jóvenes de la ciudad vecina mientras pintaba un mural para los amigos de Wila. Me comentaron que estaban acondicionando un espacio para empezar con la autogestión cultural, y el pasado mes de enero, cumplimos el acuerdo de reunirnos en una de sus movidas. Fue una noche memorable, no solo porque era un espacio nuevo, que, al igual que las personas, ya conociste sin conocer, pues vi los mismos gestos y energía que en otros lugares, sino también porque me sentí como en casa. Viajé con mis amigos y, por primera vez, pinté en vivo junto a una de mis amigas más antiguas.



Les dejo una fotografía (aunque muy mal tomada) del evento. Además, ya hemos concretado para organizar un mural y un taller para los más jóvenes, que estuvieron muy activos durante toda la movida. Tanto ellos como los adultos que llevan adelante este centro cultural autogestivo, llamado "El Ermitaño", están logrando que el lugar cobre vida y atraiga a más público entusiasta.

Quiero agradecerles a todos por la cálida bienvenida que nos brindaron y por el buen recibimiento de la gente de Tapalqué al vernos pintar en vivo en su espacio.





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